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La confianza es la base fundamental de un entorno digital saludable. Sin embargo, a medida que la tecnología evoluciona, la creación de confianza se vuelve más difícil. Los operadores de telecomunicaciones que antes gestionaban redes cerradas ahora gestionan redes abiertas conectadas a Internet. A medida que los smartphones y otros dispositivos se conectan a Internet, las superficies de ataque de las redes se vuelven más amplias que nunca. El mundo carece de una visión común y unificada con respecto a la ciberseguridad, por lo que las diferentes partes interesadas tienen diferentes expectativas, y no existe una alineación de responsabilidades.

Al mismo tiempo, el sector tecnológico en su conjunto carece de una serie unificada de normas de seguridad y de sistemas de verificación. Los equipos de red y los teléfonos incluyen componentes de diferentes países con diferentes normas o normas obsoletas, lo que crea una necesidad urgente de invertir en normas de seguridad y sistemas de verificación a nivel nacional. Además, en algunos países, la gestión de la ciberseguridad carece de apoyo legislativo.

La confianza es un sentimiento. Pero cuando se trata de ciberseguridad, tanto la confianza como la falta de ella deben basarse en hechos, no en sentimientos, ni en especulaciones, ni en rumores sin fundamento. Creemos que los hechos deben ser verificables y que la verificación debe basarse en normas.

Esa es la razón por la cual Huawei está abriendo su Centro de Transparencia de Ciberseguridad en Bruselas. Como complemento a los centros existentes en Banbury (Reino Unido), Bonn, Dubái, Toronto y Shenzhen, el Centro de Bruselas proporciona una plataforma para la seguridad en las comunicaciones y la colaboración e innovación con respecto a normas de seguridad y mecanismos de verificación, al tiempo que permite a nuestros clientes verificar y probar los equipos de Huawei.

Este enfoque permite sentar las bases para el objetivo final: la creación de normas unificadas para evaluar y certificar la seguridad de los equipos de red. Tener una norma común a la que estén sujetos todos los proveedores de equipos, permitirá a los países evaluar objetivamente la seguridad de los productos y servicios de telecomunicaciones. Las cuestiones no técnicas no crearán presiones políticas que lleven a los legisladores a tomar malas decisiones o incluso a utilizar la ciberseguridad como excusa para el proteccionismo.

Por ejemplo, cuando los gobiernos bloquean a los principales proveedores de sus mercados, la reducción de la competencia aumenta los costos, lo que lleva a las empresas a reducir sus inversiones. La innovación a nivel global disminuye, y en última instancia, los consumidores pagan precios más elevados por productos y servicios de calidad inferior. Por el contrario, las normas unificadas de ciberseguridad fomentan la competencia y apoyan la innovación en aras de las empresas y los gobiernos nacionales.

Una Europa digital próspera necesita normas cibernéticas actualizadas que gestionen los riesgos que inevitablemente surgen con las nuevas tecnologías. El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), adoptado el año pasado, demuestra cómo los responsables políticos europeos pueden responder a desafíos como la necesidad de aplicar protecciones legales sólidas para datos privados. El RGPD establece normas claras, define responsabilidades para todas las partes y se aplica igualmente a todas las empresas que operan en Europa. Algunos podrían llamar el RGPD la norma de oro para la protección de la privacidad digital.

Creo que los reguladores europeos también pueden liderar el camino hacia mecanismos similares para la ciberseguridad. Esperamos, por ejemplo, que un día haya en Europa un marco compartido de certificación de ciberseguridad. Esto permitiría establecer objetivos para mejorar el entorno de seguridad en Europa, y ayudaría a las empresas líderes en los sectores verticales a mejorar sus capacidades de seguridad, así como a las empresas locales en Europa, especialmente a las pequeñas y medianas empresas.

Huawei apoya el trabajo de los legisladores europeos, que exploran maneras de optimizar la seguridad de la red y definir las normas pertinentes. Estamos dispuestos a poner nuestros recursos y nuestra experiencia a su disposición según sea necesario para poder llevar a cabo esta importante tarea.

La tecnología impulsa el crecimiento y mejora las condiciones de vida. Por otro lado, la política corroe nuestra capacidad de evaluar la tecnología sobre la base de sus logros y aumenta el riesgo de tomar malas decisiones basadas en emociones, en lugar de la lógica.

Las normas de verificación unificadas aumentan la confianza y permiten que los ecosistemas digitales se arraiguen y crezcan. Los gobiernos, los organismos de normalización, las empresas de telecomunicaciones y los proveedores de tecnología deben colaborar para desarrollar normas que permitan a la sociedad poner a un lado la política, abrazar la transparencia y avanzar hacia objetivos comunes utilizando sistemas digitales de confianza.

Ken Hu es vicepresidente de Huawei Technologies. Desde 2011, Ken Hu es presidente del Comité Global de Ciberseguridad y Protección de la Privacidad de Huawei (GSPC), el organismo de gobernanza en materia de seguridad y privacidad del grupo Huawei.

Este artículo se publicó originalmente en Brussels Times.

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